La primavera de los sentidos

Tras un invierno frío y lluvioso (sobre todo en estas últimas semanas), la primavera se abre paso mostrándonos todo su esplendor a través de campos floridos, arboles llenos de color y un aire perfumado. Las abejas se alimentan del néctar de las flores y ayudan a polinizar para que la naturaleza siga su curso.

Cada vez hay más barullo en las calles y la luz que se filtra por las ventanas es más luminosa que nunca. Los cada vez más preciados rayos de sol nos despiertan del letargo del invierno y nos inyectan la necesaria vitamina d.

El Parque de la Quinta de los Molinos en Madrid es un buen ejemplo de lo que la primavera puede ofrecer a nuestros sentidos. Situado en el Barrio de San Blas, este jardín historico está considerado Bien de interés cultural. En él podemos encontrar una gran variedad de especies (olivos, pinos, eucaliptos), pero la «joya de la corona» son los espléndidos almendros que ocupan una parte importante del parque y que durante su floración, a finales de febrero, ofrecen un fantástico espectáculo para todas aquellas personas que quieran acercarse a contemplarlo.